Se presentan los resultados de la evaluación de la eficacia de un programa de prevención selectiva del consumo de drogas para adolescentes, basado en la teoría de la conducta planificada de Ajzen. Para el desarrollo de este programa se identificaron y evaluaron distintos modelos teóricos. Los criterios considerados para seleccionar un modelo que pudiera servir de base para el diseño y evaluación de una alternativa de intervención preventiva del uso de drogas, teórica y empíricamente sustentada, comprendieron: a) la inclusión de factores de riesgo o protectores maleables; b) consistencia, parsimonia y economía teóricas; c) probada capacidad explicativa y predictiva; d) eficacia empírica; e) aplicabilidad práctica. Uno de los modelos teóricos que cumplen satisfactoriamente estos requisitos es el Modelo de la Conducta Planificada de Ajzen, el cual plantea que la causa más inmediata del uso de drogas son las intenciones del individuo respecto a consumirlas o no. Estas intenciones están determinadas a su vez por dos componentes; por una parte, las actitudes hacia el consumo, y por otra, las creencias normativas o norma subjetiva. Las actitudes están conformadas por el conjunto de creencias sobre las consecuencias del consumo y por el valor afectivo que tales consecuencias tienen para el sujeto. Las creencias normativas o norma subjetiva también están determinadas por dos componentes. Por un lado, la percepción de que otras personas significativas para el sujeto aprueban o desaprueban el consumo y, por otro, la motivación del sujeto para acomodarse a las expectativas o deseos de estas personas. El control conductual percibido, último componente introducido en la teoría, contribuye junto con la actitud hacia la conducta y la norma subjetiva a predecir la intención conductual. En general, se cuenta con importante evidencia empírica acerca de la validez predictiva y explicativa de este modelo, en relación con el consumo de drogas entre distintas poblaciones. Una vez elegido el modelo teórico se elaboró una escala de medición para probar su capacidad explicativa para el caso de uso de drogas en población mexicana. Probada la capacidad explicativa del modelo, se llevó a cabo su adaptación práctica, en términos de desarrollar contenidos, objetivos y técnicas de una intervención preventiva basada en el mismo. Por último, se realizó la prueba piloto y la evaluación de la aplicación controlada de tal intervención. La evaluación de resultados se apoyó en un diseño experimental con prueba-postprueba y un grupo control. El programa se aplicó en cinco escuelas secundarias de la Ciudad de México. Se intervino a tres grupos de cada escuela, uno por grado, elegidos aleatoriamente. La muestra final, una vez depurada, quedó conformada por 250 jóvenes (96 casos y 154 controles) de entre 12 y 15 años de edad. Para la evaluación se utilizó una cédula creada ex profeso y probada previamente en una muestra de 1 200 alumnos, mostrando buenos niveles de confiabilidad y validez. Los resultados muestran que en el grupo intervenido tuvo lugar una disminución estadísticamente significativa de la intención de usar drogas, en tanto que los alumnos del grupo comparativo mostraron, por el contrario, un incremento en la intención de uso durante el mismo lapso. Del mismo modo, entre las variables antecedentes de la intención conductual, a saber, actitud, norma subjetiva y control conductual percibido, la variable que mostró un mayor cambio fue esta última. También se contrastaron las «puntuaciones de ganancia» (diferencias antes-después) del grupo de los casos contra las del grupo de los controles, con lo que se pudo observar que las diferencias significativas entre ambos grupos se presentaron en las variables control conductual percibido e intención conductual. Finalmente, mediante el Modelo Lineal General (MLG) ANCOVA, se pudo corroborar la significativa reducción de la intención de utilizar sustancias y el incremento en la percepción de autocontrol, mientras que la actitud y la variable normativa no mostraron cambios significativos, lo que confirma la pertinencia de haber dotado de mayores recursos (tiempo, número y complejidad de las actividades, materiales didácticos, etc.) a las sesiones dedicadas al desarrollo de habilidades de control conductual, sobre la base previamente probada, tanto en población anglosajona como entre jóvenes mexicanos, de que esta variable suele tener un mayor peso en la explicación de la intención de usar drogas.
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20230213-evaluacion-de-un-programa-de-prevencion-del-consumo-de-drogas-para-adolescentes.pdf | 108.38 KB |