La parentalidad positiva comprende aquellas acciones de los cuidadores primarios que promueven el desarrollo integral de niños/as. Asimismo, esto incluye las capacidades prácticas entendidas como competencias parentales, dentro de las cuales se encuentran por un lado la formativa, haciendo alusión a la socialización y el aprendizaje de sus hijos/ as y, por otro lado, las competencias vinculares al promover una relación basada en apego seguro, calidez y sensibilidad. En tercer lugar, las competencias protectoras se expresan en acciones que buscan garantizar la seguridad integral de los infantes y finalmente, las reflexivas, consisten en la metacognición y monitoreo de los cuidadores sobre sus prácticas parentales. El sostenimiento de prácticas parentales positivas se presenta como un factor de protección ante experiencias adversas, siendo de relevancia para el desarrollo bio-psico-social de los infantes. Por consiguiente, el presente estudio exploró la relación entre la Parentalidad Positiva, las competencias parentales (Escala de Parentalidad Positiva; EP2) y el tiempo disponible de los cuidadores para compartir espacios y realizar actividades con sus hijos e hijas de entre 0 y 3 años, como también así su asociación con los momentos de descanso y de ocio de los padres/madres. Se halló una asociación positiva entre la parentalidad positiva y el tiempo de descanso, la realización de actividades específicas con niños/as, y momentos de esparcimiento de los cuidadores primarios. Esto es de gran relevancia dada la influencia de las prácticas parentales en el desarrollo de niños/as, permitiendo generar intervenciones a futuro que propicien el bienestar de cuidadores primarios y sus hijos/as.
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20230112-parentalidad-positiva-y-competencias-parentales-en-cuidadores-primarios-de-ninos-y-ninas-de.pdf | 309.5 KB |